Buenas tardes a todos y a todas, directamente por encargo de la Importadora Latinoamericana Tupper wear sex feminist International les traigo a conocer el

FEMINISTRÓMETRO
Instrumento que sirve para medir el grado de autonomía de las feministas

El Modo de Uso, es muy sencillo:
Usted toma fuertemente el gran falo y ataca al patriarcado con sus mismas armas, dispara su fuerza feminista autónoma y el FEMINISTRÓMETRO le indicará el grado a que pertenece

1.000 burbujas: autónoma, pero hasta ahí no más
10.000 burbujas: esforzadamente autónoma
100.000 burbujas: Señora Autonomía

como verán
Tenemos dos modelos: Uno importado directamente de nuestras sucursales africanas de Tupper wear sex feminist,
pero le tenemos uno más económico,
el alternativo, el pirateado,
de fabricación chilena, por eso más chiquitito
Bueno estimadas y estimados,
¿Quien quiere probarlo? la demostración es gratuita
¿Quien quiere medirse en el feministrómetro?¿Le han medido su autonomía antes de que existiese el FEMINISTRÓMETRO?

Performance a realizarse el 2 de noviembre en el Lanzamiento del libro Debates Feministas latinoamericanos. Institución/Autonomía de María Stella Toro, Feria del Libro de Santiago, noviembre, 2009.

Malignas Influencias

Quien esté libre de haber trabajado para una institución
que tire la primera piedra


¿Cómo medimos al feminismo o nuestro compromiso con la forma de pensar y hacer una nueva forma de Humanidad? ¿Que es hoy el feminismo, una corriente de pensamiento o una de acción?
¿La autonomía realmente es una realidad? ¿El feminismo autónomo es autónomo? ¿son autónomas las autónomas?
Preguntas y más preguntas que ojalá se pudieran resolver con la ayuda de un instrumento, si esa fuera la cuestión al problema de medirnos todo el tiempo.
Estamos enojadas.
Enojadas tanto con el sistemita como con nosotras mismas y entre nosotras mismas, pero igual terminamos conspirando solidaridades con desconfianzas y/o con cara de culos. Pero que no piense que somos sólo las feministas, sino, es la realidad de la mayoría de los movimientos sociales, tales como el de pobladores/as y en el de los derechos sexuales, si todas las mariconas y maricones están peleados también, y el movimiento estudiantil, por un lado, están las y los estudiantes universitari@s que no salvan a nadie y nuestr@s querid@s pingüin@s han decaido.
En este escenario celebro, Debates Feministas latinoamericanos de Mari Toro o María Stella Toro, que nos hace remecer con una radiografía sintética, quizás por eso no nombra otros encuentros feministas, del tránsito o periplos del feminismo latinoamericano más institucionalizado que autónomo.
Debates Feministas latinoamericanos sistematiza gran parte del cómo se fueron armando los actuales nudos del feminismo en la región. Así como iluminó Julieta Kirkwood en los 80’, hoy este libro nos versa de las ataduras de hoy en la época del fin de las marchas, pero no de la creatividad feminista que resiste en pequeñas escaramuzas citadinas. Otro aporte importante de la autora es describir cómo se ha hecho política feminista institucional, dejando ver la interrogante si efectivamente la política de las mujeres, y el de las feministas, es intrínsicamente diferente a la masculina.
Los nudos del feminismo que nos describe Toro al parecer, no transitan más que por la intemperancia y el ego, que transforma líderes en comandantes de una ética dudosa que se arrogan como sectas feministas el tener la representación de la autonomía, entre otros valores feministas. Y, por otro lado, desde la institución, enaltecidas por una pequeña cuota de poder, recrean los mismos vicios del poder patriarcal, convocando a manifestarse por los derechos de las mujeres antes de la hora de almuerzo para irse temprano para la casa ¿qué pasa? ¿Donde está, eso de lo personal es político?
A pesar de todo, tengo la esperanza que siempre de las crisis salen propuestas creativas, que si de creatividad se habla el movimiento de mujeres y el feminista tienen muuuuuuucha historia.
Creo que el ejercicio de sistematización que se nos regala en este libro ayuda a la comprensión de nuestras prácticas. Mientras no consideremos y realmente nos hagamos cargo de las prácticas cotidianas y las versadas (gesto técnico del cuento) sean otras, no lograremos remontar, para volver intentar tejer juntas las tramas de la teoría y la praxis feminista.